11 ene 2008

¿Dónde estás Sol?

¿Dónde estás Sol?
Desespero por tu ausencia.
Yo que te negué tres veces
en aquella tarde de agosto
en que cerré persianas a cal y canto
y me puse mis gafas de sol nuevas.

¿Ni contigo ni sin ti?

¿Dónde te mudaste Sol?
Estoy dispuesta a seguirte.
Mi piel se despinta,
mis manos se entumecen.
Miro al cielo y veo horrorizada tu venganza.
Corriste una tupida cortina gris
y todo a sabiendas de que oído es anodino color.

Asoma tu carita amarilla Sol
porque sin ti mi alma se rinde en la lucha;
entrega su espada,
su armadura
y se arrodilla, esperando,
anhelando la ejecución.

No llores Sol, no llores.
Tus lágrimas mojan mi cara
empapan mi alegría de una pena pesada y densa
de la que ninguna estufa puede librarme.

Vuelve amado Sol,
vuelve a mi.
¿no ves que sin ti me vuelvo reptil?
Cuento cada día al despertar las escamas que suben
por mis pies, mis pantorrillas, mis rodillas….
¡No quiero pensar hasta donde pueden llegar!

No renegaré de ti nunca mas
ni siquiera en tu furia del verano del sur.
En tu soberbia de agosto
aguantaré con una enorme sonrisa
mientras el sudor castiga mis ojos.

Sal ya de ahí, de tu escondite
y pintame de luz la cara.
Yo soy tu hija, Sol,
soy tu fiel reflejo;
Cuando tú duermes yo duermo
Cuando tú lloras yo peno
Cuando te escondes me pierdo
Cuando sonríes brillo
porque no soy mas que tu espejo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...y el rubicundo Febo se cierne tras el ocaso.