15 mar 2008

Una galleta dorada

Una galleta dorada impregna mis dedos de arenilla.

Refleja la luz del flexo con un brillo que parece plástico (puede que lo sea en realidad) y la recuerdo, mucho tiempo atrás, luchando por contener, junto con una gemela, una buena capa de mantequilla.

Aquél gusto en mi paladar del Colacao templado y el Tulipán. Dulce y salado compitiendo por acaparar mi atención, mi amor.

Esta galleta de mi presente, que no es más que una extraña copia, ya no tiene hermanas, ni tampoco mantequilla, se enfrenta sola y desnuda a mi sentencia de muerte.

Ya no nada en chocolate sino en té clarucho y simple.

El tiempo no pasa en valde.
Te enseña a desaprender.

5 comentarios:

Gabriel dijo...

¡Una historia escrita en una galleta!
¡Y contiene toda la vida!
Me encanta.

Lu dijo...

Muy buen Diario, di que si!, por aqui tendras a una nueva blogera engachanda a tus historias, paradogas, reflexiones, vamos! a todo aquello que se te ocurra escribir..
Besos mil niña..

Pd: Hoy es el concierto de una amiga en la sala malandar si te quieres apuntar vente a las 21h
te paso el enlace del grupo para que lo oigas si si te gustan pues lo dicho, te vienes.
www.myspace.com/nadiuskamusic

Anónimo dijo...

ves? en este si que veo galletas..un beso!.

Diáfana dijo...

Te lo puse fácil, David, para que luego no se diga ;)

Anónimo dijo...

No voy a decir aquello tan manido de la magdalena porque esto es mucho mejor...

Las galletas y las patatas fritas son todo un mundo.