20 dic 2009

Poema sin poemar



La vejiga duele cuando la pereza gana o cuando las sombras siguen esperando que las lea, que deje de tenerles miedo.
La naturaleza pesa más que las noches de bares. Aunque intentes esconderla bajo las sábanas ella sabe como pegarse a tu nuca sin que te des cuenta.

Y es cuando la hierba seca, tronchada, esenciada, viene a liberarte de las mentiras largo tiempo elaboradas. ¿O a crear otras nuevas quizá?

En este caos de formas fuera de mí, en este caos de sombras dentro de mí, encuentro urgente la manera de pegarme a tus entrañas como al paraíso que me corresponde.

No hay sueño que no se haya creído mi sueño elegido.

1 comentario:

Gabriel dijo...

No puedo sino releer y volver a ello con tu penúltimo párrafo, de lo más grande que he leído al amor salvaje, ése que no espera, ese que no piensa en negociar.
Vaya cosa bonita, contundente y directo a eso, a las entrañas.
Sú, chiquilla.