16 jul 2010

Parto el día en dos

Parto el día en dos como una sandía, mitad podrida, mitad aún por catar.

Desperté fría y triste.
Miré al cielo y era tan plano que los edificios parecían estampas pegadas sobre un anodino fondo.

(La realidad parece tan irreal. Los pájaros gritan desafinados. Mis ojos no se deshinchan. Mis manos están vacías)

Dejé pasar la mañana aferrada a un almohadón que olía a guardería.
No pensé en el tiempo para ver si así pasaba a la velocidad del rayo.

Y por fin la luz del sol entra dolorosamente por la ventana anunciando el inicio de esa mitad aún por evaluar.
Me dejo morir en un sueño oscuro y denso esperando despertar a media tarde con la sensación de que el día acaba de empezar como una sandía fresca y dulce.

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