11 nov 2007

Mi amor Mio

Hola mi amor.

Se que te escondes bajo mi piel, no creas que no me doy cuenta. Te siento merodear en la noche por la frontera y como estudias los movimientos de quien la vigila para, un día, por sorpresa, huir sin ser visto y descubrirte de nuevo a la vista de todos, exponerte en el escaparate de ese mísero mercadillo de sentimentalismos, pero sabes también que soy estricta en mis castigos.

No podrás salir de la lámpara maravillosa hasta que el desierto no sea un edén. No cumpliste tu cometido, no aprovisionaste mi vida de los milagros que recitaste en aquel cuento infantil. Tus desdenes, tus flagelos, tus bocados a boca llena no se olvidan fácilmente, no es algo indultable con solo la buena conducta de un par de años. Tienes que cumplir tu condena hasta que una fea rana me cante un tango afrodisíaco.

Sabes que tengo momentos de debilidad, momentos en los que agarraría tus músculos palpitantes y me perdería dentro de tus huecos, me moriría, desgarraría la piel y diría estupideces sobre la pasión, la magia, el destino….Pero no los dejaré brotar. No volverás a hacer de mi esa niña llorona y desconsolada que mira siempre de reojo para encontrar la mentira que no existe, la vergüenza que no pasa o la traición esperada. No volverás a hacerme sentir diminuta en el país de los nomos. No me desterraras de mi camino ganado a pulso, trazado con mis manos a golpe de pico y pala. No harás desaparecer mis cicatrices con trocitos de papel de seda.

No cantes, no me embrujes, no te quiero. Te amo, pero no te quiero en mí.

¿Por qué esa obstinación en venderme a precio de saldo? ¿Aún no aprendiste a mirar al otro lado del espejo? ¡Pobre inepto! Te di todas las pistas, todos los caminos, los públicos y los íntimos, y aún así no sabes llegar a tu destino. Triste, ruin, traidor, déspota conspirador. No, no te dejaré salir así como así. Tu condena será larga porque no creo en tu reconversión. No servirán de nada tus luces de colores, tus quiebros a mi memoria, ni ese borrador mágico que sólo deja en la pizarra bonitas palabras de caramelo. No me engatusaras más con tus besos en la nuca.

Mi piel se eriza, mis ojos brillan, mi sexo clama, mi boca llama… y aún así, no te dejaré salir.

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