8 ene 2010

Lagartija


Pateando la taza de té con los labios, palpando las flores con el ombligo y oyendo como el alma se escapa por mis agujeros.
¿Sabías que soy un colador?
Un tamiz de huecos desiguales.
Se avecina la erupción del siglo y ando como un tapir asustado buscando donde esconder la nariz.
Porque los sueños a veces asustan tanto que preferirías ser esponja bajo el mar.
Pero no, no puedo evitar seguir dibujando imágenes de mis muñecas atadas como entrega al olvido de todo lo externo que me conforma. Como símbolo de puertas abiertas a lo que en esencia soy.
Tan confusa cuando soy yo, tan segura cuando soy quien me invento.
Cada calada que doy es un segundo más que pasa sin sentir el calor que anhelo.
Una lagartija aterida en el quicio de la ventana esperando que llegue el sol de tu aliento para poder moverme de nuevo.

1 comentario:

Gabriel dijo...

En la ventana esperando el sol del aliento... me ha quitado la respiración. De veras.
Sólo darte las gracias, niña.
Un beso.