5 ene 2008

Mi amigo Sol

El Sol despierta con movimiento lento, suave y alegre.
En un intenso desperezo extiende sus largos brazos de norte a sur, estirándose y con un exagerado bostezo abre un haz de luz inmenso dirigido hacía el infinito.

Primero limpia el cielo del hollín negro de la noche, come estrellitas de desayuno y la galleta luna para terminar.
Después se acerca a mi ventana. Yo se que me espía.
Con un ojo cerrado y otro no, mira por las rendijas de mi persiana. Me observa y decide que ya es hora de que me levante para lo que me manda un rayito dirigido a la oreja. Yo noto el calorcito pero el sueño no me deja, así que ni me muevo.

Él, que sigue mirando insistente esperando algún movimiento mio, se aburre y se desespera y con una mueca de enfado me manda un rayo potente que me da de lleno en la cara. La arrugo con una leve queja y me escondo sumergiéndome en la guarida de mi edredón desapareciendo de su vista.

Lanza un gruñido en forma de viento que golpea la persiana dos veces y decide imponerse por completo. Inunda la habitación de rayos que chocan de pared a pared, de mueble en mueble y que lo invaden todo.
Yo, con cara de malvada, abro los ojos debajo del edredón y río con disimulo tapándome la boca.

En un solo y rápido movimiento lanzo el edredón por los aires y de un salto ya estoy de pie dándole un susto de muerte. Nos miramos, nos guiñamos el ojo y nos partimos de risa.

Entonces levanto la persiana para que así consiga su objetivo que no es otro que llenarme la cara de besos calentitos.
Y es que mi amigo Sol siempre fue muy cariñoso conmigo.


10 comentarios:

Anónimo dijo...

Al Sol le llaman lorenzo y a la Luna ya sabemos,cunado se acuesta Lorenzo se levanta ya sabemos

¿conoces esta canción? Es de Danza Invisible.

Buenisima

Tu relato da buenas sensaciones es muy tierno.

Diáfana dijo...

Jo, ¡no la recuerdo! y mira que a Danza Invisible la he bailao tela.
La buscaré.

Es un cuento naif para días nublados :P

Anónimo dijo...

A tu relato sólo le falta un beso de buenos días.

Diáfana dijo...

A tu comentario no le falta nada.
Precioso :D

Mariano Cruz dijo...

Qué solitario estaba mi blog hasta que llegaste tú. Feliz año y un besito. ;)

Diáfana dijo...

Feliz año, Mariano.
No dejo de visitarte. Otra cosas son los comentarios, tu sabes. Soy floja de nacimiento y la confianza da asco ;)

Besitos mil pa ti.

Anónimo dijo...

muy bueno!!!
tienes el don de hacer qe me meta dentro de cada cosa que escribes, y eso no lo consiguen muchos escritores (o yo soy muy corto, o ellos no escriben tan bien como para ganar un premio planeta)
Te recomiendo en mi flog.

:D

Luis-chacha

Diáfana dijo...

Gracias wapooo!!!!
Eres mi chacha favorita.
Nadie tan sexy como tú
con tu plumero ;)

Besos grandes y jugosos para ti

Anónimo dijo...

Algo que de niño me sorprendía mucho es cómo puede cambiar un espacio, un recinto y una atmósfera cuando el Sol los inunda vívidamente con cristalina potencia. Las escaleras de mi casa, casi siempre en penumbra, parecían otras cuando el astro rey las incendiaba dulcemente, casi siempre durante poco tiempo.

La sensación era muy extraña para mí; pensaba: "¿de verdad esta es mi casa? Parece otra completamente diferente". Todo refulgía y era bautizado de nuevo para volver a la gris normalidad un momento después.

Esos mágicos instantes dejaban en mí las mismas huellas que la leche en un vaso... Tras vaciarlo, de algún modo permanecen en él y no puedes negar que todo es distinto, a la par que es más fácil evocar el recuerdo del contenido.

Ya ves que el Sol también era mi amigo. ¿Seguro que no hemos jugado alguna vez los tres en el mismo patio?

Diáfana dijo...

Quien sabe. Quizá nos conocemos desde entonces.
Tu eras mi amigo invisible, el que se escondía en el armario cuando venia mi madre a decirme que no hablara sola.
Yo era tu amiga visible a tus ojos que reía sin parar en la escalera cuando el sol me daba en el pelo.
Pues si que hace tiempo, si.
Me alegra haberte encontrado de nuevo. ;)